Hacia
el km. 6 de la antigua carretera entre Alicante y El Campello por la Playa de
San Juan (A-190), se halla enclavada la Urbanización La Rotonda, sobre una
parcela de unos 14.000 m2 delimitada por las actuales calles de Nápoles y
Sicilia y las Avenidas de Cataluña y Costa Blanca.
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Postal de época (ca. 1970) de la Playa de San Juan. |
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Urbanización La Rotonda en una postal de época vista desde la confluencia de las calles Sicilia y Nápoles. |
Su
promotor, D. Enrique Penedo, encargó el diseño de la misma al arquitecto de
origen catalán D. Juan Guardiola Gaya (Reus 1927, t. 1957, Alicante 2005),
establecido desde 1959 en Alicante, hasta donde había ido para llevar a cabo la
redacción del Proyecto de Urbanización del primer polígono de la Playa de San
Juan, rescatando en cierto modo aquella idea aparcada tras la Guerra Civil de
la "Ciudad Prieto" que pretendía convertir dicho enclave en una
moderna ciudad de vacaciones y segundas residencias. Juan Guardiola, titulado
en 1957 por la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Barcelona, había
tenido la oportunidad de complementar su formación académica colaborando con
profesionales de la talla de Francesc Mitjans (uno de los redactores del proyecto
del Camp Nou, 1957, además de prolífico creador de vivienda urbana en la ciudad
de Barcelona durante los 40 y 50), Xavier Busquets (colaborando en la propuesta
ganadora del concurso para edificio sede del Colegio Oficial de Arquitectos de
Cataluña, 1958) y Antonio Perpiñá (ganador del anteproyecto para Centro
Comercial AZCA, Madrid, 1954, propuesta en la que también participa). De todos
ellos la obra residencial de Guardiola se verá notablemente influenciada, no
siendo ajeno a las corrientes artísticas que comenzaban a despuntar,
generalmente fuera de los círculos oficiales, en la época y que busca integrar
en sus edificios de forma manifiesta e incluso en sus plásticas ordenaciones en
planta.
Vista de la torre desde la calle Nápoles, junto al paseo. |
Torre y pérgola de acceso en el ángulo entre Nápoles y Avenida Catalunya. |
Para
La Rotonda crea un conjunto compuesto por varios elementos de diversa
tipología, integrando en una misma parcela, y dispuestos de forma perimetral a
la misma, un primer bloque de ocho viviendas tríplex adosadas, un segundo
bloque con nueve dúplex escalonados y un bloque lineal recayente a la Avenida
Costa Blanca de planta baja y seis alturas, incluyendo veintiocho unidades. Aunque
la protagonista del conjunto no es otra que la excepcional y carismática torre
de planta baja y diecisiete alturas situada, a modo de hito, al comienzo de la
playa. El programa de esta torre prismática, de disposición cuadrada, integra
cuatro viviendas por altura, siendo tres de ellas iguales y una más pequeña con
la finalidad de dejar espacio a la caja de escaleras, ventilada a fachada. En
las tres primeras viviendas, la cocina goza de un especial protagonismo,
pudiendo equiparse su tamaño al de la zona de estar-comedor, si bien el
elemento diferenciador de la planta (y de las fachadas) lo constituyen los
frentes aterrazados, donde se aplica uno de los principios fundamentales del
autor a la hora de diseñar soluciones turísticas: generosos espacios acristalados
que permitan al paisaje ser un elemento decorativo (y generador) del interior,
si bien gran parte de las viviendas han perdido dicho atractivo al incorporarse
cerramientos posteriores ajenos al Proyecto y a la idea inicial del arquitecto.
Cada vivienda se completa además con dos dormitorios y un cuarto de baño.
Para
la construcción de esta torre, Guardiola hace uso de materiales que ya venía
experimentando en obras anteriores y coetáneas, si bien ésta difiere del resto
de su producción en tanto que presenta cuatro frentes sensiblemente homogéneos,
complementarios y sin solución de continuidad entre sí, no estableciéndose una
ruptura clara entre una supuesta fachada principal y otras secundarias. La
estructura metálica y los forjados de bovedilla cerámica y hormigón se visten
con el característico ladrillo de tonos ocre-amarillentos de sus primeras
obras, y las celosías prefabricadas señalan la planta técnica que separa las
viviendas de la base y la línea vertical de la caja de escaleras.
Celosía de la planta técnica. |
Precisamente,
uno de los problemas que presentaba la torre fue la corrosión de dicha estructura
metálica, en sus partes expuestas, después de soportar durante más de cuarenta
años la actividad corrosiva provocada por el ambiente salino en que se halla
situada; circunstancia que se hacía especialmente delicada en los frentes de
forjado, detalles ornamentales (como las estrellas metálicas situadas a nivel
de cada forjado, que habían tenido que ser retiradas en varias fases) y,
particularmente, en la estructura soporte de los antepechos, tan singulares (al
parecer inspirados en un viaje de Guardiola al Extremo Oriente) de sus
terrazas.
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La torre en enero del 2010. |
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Ángulo sureste de la torre en enero de 2010 con los antepechos desmontados. Obsérvese el estado de corrosión de las estructuras auxiliares de los antepechos. |
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Desmontaje en detalle de estructuras corroídas. |
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Grúa torre y andamios eléctricos motorizados, bimástil, empleados como medios auxiliares. |
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Castillete del andamio eléctrico y andamios tubulares. |
Por
ello, entre los años 2009 y 2010, se procedió, a cargo de la mercantil alicantina
Urbana de Exteriores, S.L., y según proyecto del arquitecto Miguel Salvador
Landmann, en colaboración con el estudio K10 Arquitectura y Proyectos, a la
rehabilitación integral de las fachadas del singular inmueble. Esto supuso la
demolición de todos aquellos elementos metálicos que presentaran un estado de corrosión
tan avanzado que hiciera peligrar su estabilidad y uso, incluyendo además los
antepechos perimetrales de todas las terrazas. Asimismo, la restitución de
elementos ornamentales desaparecidos y la unificación en tipos y diseño de los
toldos.
La torre, ya rehabilitada, con sus nuevos antepechos de material acrílico y sus repuestas estrellas metálicas. |
Detalle de las estrellas metálicas. |
Característicos antepechos, que han grangeado a la torre el sobrenombre de "La Pagoda" |
De
esta forma, una vez reemplazados los elementos dañados y convenientemente
protegidos sus sucesores, se procedió a la instalación de paneles de Dupont
Corian (compuesto a base de un 70% de hidróxido de aluminio, derivado de la
bauxita, y un 30% restante de resina acrílica), en color glacier white,
mediante un despiece sencillo que facilitara tanto el montaje como el posterior
mantenimiento periódico de todo el sistema (estructura portante+revestimiento)
y que, además, presentara condiciones óptimas de comportamiento frente al
ambiente marino. A dichas ventajas se unía el inferior peso del nuevo material
frente al anterior ladrillo enfoscado en cemento blanco de los primitivos
antepechos.
Desde
la finalización de la intervención restauradora, se ha conseguido que la torre
recupere, excepción hecha de los cerramientos inapropiados de muchas de las
terrazas, hasta cierto punto, su imagen característica y su papel de hito al
inicio de la Playa de San Juan. No en vano, es el único edificio de sus
características incluido en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos del
PGOU municipal.
Hasta la próxima.
Magnífico reportaje, Diego.
ResponderEliminar¿Diego? Soy José... jejeje. Si se refiere a Diego Escolano, desde luego es un gran fotógrafo. ;)
ResponderEliminarSi, José, disculpa. Venía del Blog de Diego y ...
ResponderEliminarTienes una magnífica página.
Al contrario, no hay problema, encantado de contar con su visita. ;)
ResponderEliminarExcelente artículo y muy apropiado el comentario sobre los cerramientos que rompen la uniformidad estética del edificio. En mi opinión es el único edificio de la playa de San Juan que dice algo interesante. Si el desarrollo urbanístico de esta zona hubiera seguido esta línea, tendríamos otra costa, otro turismo...Gracias
ResponderEliminarBueno, hay alguno que otro disperso que puede considerarse interesante, pero casi todos están desfigurados por el gusto "peculiar" de sus propietarios, que muchas veces han conseguido cambiar, por no decir "mutar" la apariencia drásticamente. La urbanización de la playa de San Juan era idónea para haber realizado buenas distribuciones interiores sirviénose además de adecuadas orientaciones, es la principal ventaja que tiene el tipo de edificación abierta. Pero se dejó todo a la improvisación y a la apetencia de los promotores, que buscaban la máxima rentabilidad del suelo. De esa forma, el plan que Guardiola (el mismo arquitecto que proyectó La Rotonda) ideó, vio transformada su densidad, reducido su nivel de equipamientos, se anularon sus ya de por sí zonas verdes públicas... e incluso las torres que previó como hitos en la avenida Costa Blanca, que deberían haber sido las más altas de la zona, quedaron "ridiculizadas" ante el mayor volumen de algunos de los edificios que se levantaron en La Rotonda.
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