viernes, 2 de mayo de 2014

Castillo Palacio de La Calahorra.


El castillo-palacio de La Calahorra, situado en la provincia de Granada, fue mandado construir por el Marqués de Zenete, Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza y proyectado por Lorenzo Vázquez (1509), que ya había trabajado al parecer para dicha familia en sendos palacios situados en Guadalajara. El palacio, de planta cuadrangular y situado sobre una colina, presenta un aspecto fortificado de gran sobriedad al exterior con torres de planta circular en sus vértices, mientras que al interior se produce un amplio despliegue de formas decorativas en los salones y especialmente en el patio central, de planta cuadrada y cinco arcadas por frente o panda, de medio punto las inferiores y sensiblemente rebajadas las superiores apeando sobre columnas a la manera corintia en ambos casos. Las columnas de la galería alta apoyan sobre pedestales separados por una balaustrada de mármol de Carrara, y la decoración se realiza fundamentalmente mediante la representación de las armas familiares.


Vista áerea del edificio. Extraída del blog "Viajeros en Granada"
 
 
Aspecto exterior del castillo-palacio con sus torres de planta circular protegiendo las esquinas.


Castillo-Palacio. En primer término, el pueblo de La Calahorra (Granada).

En este palacio se conjugan las dos caras que el noble del Renacimiento quería mostrar: por un lado, el hecho de que el palacio estuviera fortificado mostraba la superioridad y poder militar que detentaba el señor respecto a los vasallos de los tierras donde ejercía su jurisdicción (si bien en el reinado de los Reyes Católicos se tendió a reducir el poder territorial de la nobleza a favor de la monarquía), y, por otra parte, se explotaba la vertiente culta de los señores, que adoptaban en sus residencias formas y usos clásicos, importados desde Italia, desde donde no sólo traían las ideas, sino, como en este caso, incluso muchos materiales ya elaborados y hasta los propios artistas: el Marqués de Zenete sustituyó a Lorenzo Vázquez y colocó al frente de la dirección de la obra al genovés Michele Carlone, dirigiendo a un nutrido grupo de maestros lombardos y genoveses que acabaron la obra en el breve espacio temporal de tres años, lo que explica su aspecto relativamente unitario.

Patio principal con el brocal del pozo.

Cortile.

Galería alta desde la escalera.
Esta tendencia había comenzado años antes con los palacios urbanos que los propios Mendoza habían promovido en Guadalajara, donde dejaban al margen su carácter militar para centrarse en una función social y representativa como un vehículo diferente para mostrar su poder y riqueza. Un caso similar se puede encontrar en el palacio de la cercana localidad almeriense de Vélez Blanco, atribuido a Francisco Florentín, del que también se conocen trabajos en las catedrales de Murcia y Granada, y promovido por el primer Marqués de Los Vélez.

Patio del Castillo-Palacio de Vélez Blanco (Almería), actualmente en el
Museo Metropolitano de Nueva York. Foto de Wikipedia.
 Hasta la próxima.

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