Portadas de varias casas palaciegas de Almagro. |
El último fin de semana de febrero, decidimos coger el coche y pasar un fin de semana por tierras de Ciudad Real. A pesar de ser un lugar que había visitado ya durante la Semana Santa del año 2009, me quedé con ganas de volver por varios motivos, entre ellos, aparte del monumental, el gastronómico.
Fachada y comercios del centro tradicional de Ciudad Real. |
¿Qué se puede hacer en Ciudad Real? En primer lugar hay que saber que el acceso desde Alicante no es muy complicado, ya que discurre en su totalidad por autovía si llevamos coche. Si no es así, tampoco hay que preocuparse mucho: Renfe oferta dos servicios de media distancia por sentido entre ambas ciudades, mañana y tarde... así que en cuatro horas escasas podemos estar en el centro de esta ciudad castellanomanchega.
Además de ver monumentos (en Ciudad Real capital no se conserva apenas nada al margen de sus templos principales y restos de sus murallas), podemos disfrutar de su patrimonio etnológico, arqueológico, paisajístico, gastronómico y enológico. Asimismo es una ciudad de servicios que cuenta con un centro urbano peatonal donde todo se encuentra muy a mano. Por supuesto no debemos perdernos localidades cercanas como Almagro, distante apenas veinte kilómetros, que era el motivo principal de nuestro viaje.
Además de ver monumentos (en Ciudad Real capital no se conserva apenas nada al margen de sus templos principales y restos de sus murallas), podemos disfrutar de su patrimonio etnológico, arqueológico, paisajístico, gastronómico y enológico. Asimismo es una ciudad de servicios que cuenta con un centro urbano peatonal donde todo se encuentra muy a mano. Por supuesto no debemos perdernos localidades cercanas como Almagro, distante apenas veinte kilómetros, que era el motivo principal de nuestro viaje.
La Plaza Mayor de Almagro es el centro neurálgico de la población, y el punto de partida del viajero. |
Objetos de mimbre, esparto y anea. Reclamos para el turista. |
Al estar hospedados en Ciudad Real, nos resultó fácil movernos en tren hasta Almagro, a cuya estación llegamos en apenas un cuarto de hora. Tras un breve paseo alcanzamos la Plaza Mayor, punto de partida de todas las visitas, donde además se encuentra la Oficina de Turismo (planta baja del Ayuntamiento), en la que por un módico precio -sí, ahora hay que pagar- te facilitan un plano de la población y sus hitos principales. La Plaza Mayor de Almagro está rodeada de fachadas porticadas en sus flancos longitudinales, con dos plantas altas de galerías corridas de madera, de recuerdos centroeuropeos, apeando sobre columnas toscanas. Tras los soportales, tiendas, tascas, y la propia entrada al famoso Corral de Comedias.
Localidades en una de las galerías laterales. |
El Corral de Comedias es uno de los testigos más genuinos que se conservan -aunque muy restaurado- de la España del llamado "Siglo de Oro". Levantado, como todos, en un patio de vecindad en el siglo XVII, la prohibición que los monarcas ilustrados impusieron a este tipo de espacios teatrales lo relegó al olvido hasta 1954, donde unas obras lo devolvieron a la luz. Declarado Monumento Histórico Artístico poco después (BIC con categoría de Monumento desde 1985), y convenientemente restaurado, alberga una notable actividad cultural entre la que destaca la celebración anual del Festival de Teatro Clásico.
También en la misma Plaza Mayor, en una esquina, se encuentra el Museo Nacional del Teatro, ocupando el antiguo Palacio Maestral. Dotado de importantes fondos, contiene además abundante información acerca de distintos tipos de representaciones (autos sacramentales, comedias o zarzuelas) tradicionales de España, entre ellas el Misteri d'Elx.
Silla al sol. |
La ciudad de Almagro cuentra entre su extenso catálogo monumental con gran cantidad de edificios religiosos y civiles de interés. Casi todos ellos se construyeron durante el periodo que va desde el siglo XVI hasta el XVIII. Conventos, colegios, fundaciones, completan la notable lista patrimonial de la Ciudad.
Otro de los edificios que visitamos fue el llamado "Almacén de los Fúcares", corrupción lingüística del apellido Fugger, familia de banqueros alemanes que, merced al préstamo que Carlos I de España había contraído con ellos para poder financiar su campaña para optar a emperador de Sacro Imperio Romano Germánico, tuvieron que establecerse en la ciudad para gobernar y hacerse cargo de las rentas de la explotación del mercurio de Almadén, que el monarca hispano les había cedido para que pudieran recuperar dicho préstamo. El edificio hoy funciona como equipamiento cultural y docente, y lo más interesante de él es la escalera y el patio cuadrangular porticado de dos pisos, con columnas toscanas sobre las que apean arcos de medio punto en la baja y escarzanos en la superior, éstos sobre columnas de orden jónico, construidos con aparejo de ladrillo. Hay que recordar que no se trataba de un edificio palaciego, sino de un simple almacén.
Patio del Almacén de los Fúcares. |
El establecimiento de los Fugger en la villa calatrava actuó de reclamo para la implantación de numerosas familias nobles en la misma, que levantaron sus palacios dotándolos de amplios patios de distribución interior y grandes portaladas adinteladas, respondiendo casi siempre al mismo esquema simétrico de fachada, revocada y perforada por huecos protegidos por labores de forja.
La Plaza de Santo Domingo articula el llamado "Barrio Noble" de Almagro. |
Iglesia y colegio anejo de la Compañía de Jesús en Almagro. |
Como antes había dicho, Almagro cuenta además con un rico patrimonio inmueble religioso construido con fines devocionales, asistenciales o educativos. Entre ellos los más importantes quizás sean el antiguo Colegio Jesuíta (ss. XVII-XVIII), hoy Escuela de Música y el antiguo Hospital de San Juan (precisamente conocida por la Orden de los Hospitalarios), donde hoy se ubica un moderno espacio escénico utilizado por la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Hay otros espacios dignos de ser visitados, como el antiguo Convento de Santa Catalina, hoy Parador (el acceso es libre al estar catalogado como BIC) y el Convento de la Asunción de Calatrava (s. XVI), cuyo patio de planta rectangular está flanqueado por galerías de dos pisos y arcos de medio punto labrados en piedra sobre columnas de mármol, curiosamente jónicas las inferiores y toscanas las superiores, cuando lo habitual es encontrarlas al revés.
Almagro no es sólo un conjunto de edificios singulares, es un casco histórico perfectamente conservado donde las nuevas construcciones no desentonan con las tradicionales. Incluso aquéllas que se levantan fuera de la antigua zona intramuros respetan el perfil histórico de la antigua urbe. Sin duda un ejemplo a seguir.
Ciudad Real es ya otro cantar. A pesar de que Almagro ostentó brevemente la capitalidad provincial, Ciudad Real fue una población relativamente importante desde su fundación por Alfonso X el Sabio como villa de realengo en tierras de la Orden de Calatrava. Poco conserva de su pasado. Entre sus edificios más notables, tres magníficos templos. Uno de ellos, la catedral de Santa María del Prado, del XVI, lo es como tal desde 1980. Antes, desde 1875, había ostentado el título de Iglesia Prioral de las Órdenes Militares.
Vista de la fábrica de Santa María del Prado desde el ábside. |
Otros edificios de interés en Ciudad Real son las iglesias de San Pedro (s. XIV), con un interesante conjunto de portadas góticas y tardorrománicas, de planta basilical; y la iglesia de Santiago (s. XIII) cubierta con armadura mudéjar de madera. También es destacable la Puerta de Toledo, único acceso monumental que conserva de sus antiguas murallas, demolidas a final del siglo XIX.
Portada del Perdón de la iglesia de San Pedro. Portada de arquivoltas de tradición románica (s.XIV) |
Ciudad Real es, sin embargo, el centro de una amplia comarca a la que dota de servicios comerciales y administrativos. Cuenta con un centro urbano peatonal donde se pueden encontrar todo tipo de servicios, comercio y hostelería, ésta última de calidad y a muy buen precio. Ése es uno de sus principales atractivos. Las Plazas Mayor y del Pilar, así como las calles Postas, Feria, Alarcos o Ramón y Cajal, concentran el grueso de la actividad comercial local.
Puertollano es la otra "gran ciudad" de la provincia, que hasta hace relativamente poco rivalizaba con la capital en número de habitantes e importancia económica. Centro industrial destacado, aunque la ciudad adolece de escaso desarrollo del sector terciario. Sin duda un plan turístico encaminado a poner en valor antiguas instalaciones industriales para su conocimiento y visita contribuiría a reactivarla.
Vía perimetral de Villalba de Calatrava. |
Pero la finalidad de este viaje también era la de conocer el poblado de colonización de Villalba de Calatrava, levantado en 1955 por el Instituto Nacional de Colonización según proyecto del arquitecto José Luis Fernández del Amo, recogido por la calidad de su propuesta en el catálogo de la fundación do.co,mo.mo ibérico.
El poblado se compone de manzanas hexagonales que dejan pequeños huecos ajardinados entre sí que, a modo de plazas, sirven de lugares de encuentro para los vecinos. Las viviendas son funcionales, ajustadas a la realidad económica rural de los colonos, y están construidas con materiales autóctonos, empleándose fábricas de mampostería revocadas en cal. Los equipamientos se reducen a la iglesia (la pieza más destacada del conjunto), escuelas, tiendas y edificios administrativos.
La iglesia presenta una fachada simétrica, un potente hastial dividido en dos verticalmente, con dos espadañas y dos puertas de ingreso, retranqueadas. El protagonismo de la fachada reside en el gran mural realizado por Hernández Mompó a base de teselas de diversos materiales (areniscas, calizas, granitos, mármoles...), que se disponen para dar forma a un panel de 11x6 metros donde se representan motivos religiosos y agrarios según tendencias neocubistas.
Fachada de la iglesia de Villalba de Calatrava con la obra de Hernández Mompó en primer término. |
Para volver a casa elegimos carreteras secundarias. Las antiguas carreteras nacionales y "comarcales" (hoy autonómicas) son una estupenda alternativa para viajar sin prisa disfrutando del paisaje y sin apenas tráfico, haciendo del propio desplazamiento un atractivo más del propio viaje. La carretera nos lleva hasta Valdepeñas, importante población vitícola al borde de la N-IV, cuyas construcciones tradicionales, muchas de ellas bien conservadas, nos hablan de la pujanza del negocio del vino hasta bien entrado el siglo XX.
Valdepeñas fue una de las ciudades españolas que contó con sede del Banco de España. Su edificio lo ocupa la UNED desde 1979. |
Muy recomendable comer o degustar alguno de sus caldos. También hay posibilidad de hospedarse en varios hoteles de calidad (el ser localidad de paso en la ruta de Andalucía influye bastante) a un precio muy asequible.
Continuando con la ruta que nos devuelve a casa, a escasos treinta kilómetros de Valdepeñas nos topamos con Villanueva de los Infantes donde, según dicen las últimas investigaciones, se ubica el "lugar de La Mancha", de cuyo nombre no quiere acordarse el narrador de "El Quijote". Es ésta otra ciudad que, como Almagro, conserva gran parte de sus edificios de interés en un perfecto estado: palacios, casas solariegas, conventos, iglesias... en un conjunto donde nada desentona y todo se encuentra en perfecto equilibrio.
Continuando con la ruta que nos devuelve a casa, a escasos treinta kilómetros de Valdepeñas nos topamos con Villanueva de los Infantes donde, según dicen las últimas investigaciones, se ubica el "lugar de La Mancha", de cuyo nombre no quiere acordarse el narrador de "El Quijote". Es ésta otra ciudad que, como Almagro, conserva gran parte de sus edificios de interés en un perfecto estado: palacios, casas solariegas, conventos, iglesias... en un conjunto donde nada desentona y todo se encuentra en perfecto equilibrio.
Iglesia de San Andrés, templo mayor de Villanueva de los Infantes. |
Conjunto Histórico Artístico desde 1974, la villa fue en el Siglo de Oro importante centro cultural y sede de la antigua Gobernación del Campo de Montiel.
De imprescindible visita resulta su Plaza Mayor, rodeada de galerías porticadas, donde se ubican la iglesia de San Andrés (ss. XVI-XVII) y el Ayuntamiento. A ella se accede desde la calle Cervantes, flanqueada por diversos palacios renacentistas y barrocos, con portadas adinteladas sobre las que se exhiben escudos nobiliarios.
Éste fue nuestro viaje a tierras de Ciudad Real a finales del mes de febrero. Sin duda nos quedamos con ganas de repetir ya que en dos días no da tiempo a hacerse una idea de todos las atractivos que nos ofrece esta tierra.
Nuestro periplo también tuvo un componente "menos monumental", pero ése lo dejamos para otro artículo, en el que repasaremos las estaciones de ferrocarril que visitamos, la cartelería pasadísima de moda que fotografiamos y los edificios que nos parecieron interesantes y que no recogen las guías turísticas.
Hasta la próxima.
Muy bien explicado. Te vas a tener que dedicar a esto de los guías turísticos.
ResponderEliminarJajaja, y que lo digas precisamente tú que tienes que soportar mis "charlas sobre piedras" constantemente... :)
EliminarTienen el cielo ganaoooo!!! Una entrada genial, como no podía ser menos.
EliminarMe gusta
EliminarGracias Vene. ;)
EliminarAaargghhh, hay que poner las palabras mágicas para comentaaar!!
ResponderEliminarjejejejejejej supercalifragilisticoespialidoso
EliminarEso es que el servidor cree que eres una máquina en vez de un máquina!
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