viernes, 4 de octubre de 2013

De paseo por Yecla.

Hoy quiero hablar un poco de mi pueblo. Para los que lo tenemos ya tan visto, nos puede parecer dos cosas totalmente distintas: o bien que es lo mejor en el mundo y no hay otro que lo pueda igualar o, por el contrario, que cualquier sitio que visitemos está mejor conservado, más limpio, es más bonito y es más digno de visitar que nuestra decadente localidad. Al final supongo que hay que quedarse con el término medio, y es que soy de la opinión que es muy aconsejable el pasear por el sitio en el que uno acostumbra a vivir con el interés de encontrar detalles nuevos y elementos del paisaje urbano que puedan llamar la atención: un balcón, un cartel, un escaparate e incluso carteles de todo tipo pegados de cualquier manera en uno de esos horrorosos muros de bloque que proliferan delimitando los numerosos solares de la trama yeclana.

En este artículo traigo una serie de fotografías que tomé en 2006 (no es mucho tiempo, Yecla no es un sitio tan dinámico como para cambiar en siete años, al menos no de forma sustancial) y que nos muestran detalles de edificios levantados en las épocas de bonanza de la ciudad, que las ha tenido aunque cueste creerlo con la que le está cayendo ahora mismo después del "capuzón" que ha pegado la hasta hace pocos años boyante "monoindustria" del mueble. Estas construcciones son las que a la postre permanecen - aunque en número notablemente menguado con respecto al que llegaron a alcanzar, puesto que al ubicarse en el centro urbano han sido víctimas de las revalorizaciones sucesivas del suelo y en no pocas ocasiones han cedido su espacio a nuevos edificios de viviendas construidos con un notable afán de rentabilidad inmobiliaria - y nos hablan de épocas pasadas, con otros protagonistas y otras motivaciones, pero quizá en el fondo no tan diferentes a los tiempos actuales.

En nuestra ciudad los periodos de crecimiento se corresponden básicamente con el siglo XVIII y finales del XIX-principios del XX. Hacia la primera de estas fechas, la población se cuadruplica y alcanza los 10.000 habitantes. Se trazan nuevas calles, paralelas y perpendiculares entre sí, y la entonces villa muda su centro a una zona sensiblemente más llana, la constituida por las calles Nueva, San Antonio, San José y San Pascual, donde se comienzan a levantar las mejores viviendas con el establecimiento de las familias hidalgas y el nuevo templo parroquial (aunque no se dará por acabado hasta un siglo después).

Calle San Antonio. En primer término, a la derecha, una casa blasonada.
Al fondo el campanario (en principio provisional, aunque lleva ahí ya siglo y
medio, de la Basílica de la Purísima). Estas calles principales del ensanche yeclano
tienen una anchura de entre 12 y 15 metros.

Hastial norte de la nave crucera de la Basílica de la Purísima. Se comenzó
a levantar en 1775, ante la imposibilidad de la antigua parroquia de la Asunción
para dar cabida a la población creciente.

En esta época es cuando las familias nobles yeclanas levantan sus viviendas.
La portada de la casa de los Ortega-Portillo da acceso hoy a la Casa de la Cultura.
Es un palacio urbano de estilo barroco, reformado en su interior a finales del XIX.

A principios de los ochenta pudo ser salvado del derribo gracias a su
adquisión por parte del Ayuntamiento. Desde 1983 alberga bibliotecas, archivo
y museos municipales.


Detalle del blasón de los Vicente en la casa del Maestro Polo,
en calle San Antonio.

Detalle de balcón. Casa de los González-Moro, calle de San José.

Esta casa de los González Moro aparece en la obra "Las Confesiones de un
pequeño filósofo", donde Azorín se refiere a ella como "del Hidalgo Menchirón".

Como ya expuse anteriormente, Yecla conocerá una nueva etapa de crecimiento desde la mitad del siglo XIX, contando al final de la centuria con unos 19.000 habitantes, varios miles más de los que tenían muchas capitales provinciales de la época. Esta prosperidad (que en la práctica ocultaba unas profundas desigualdades sociales) vino de la mano de la expansión del cultivo de la vid tras la plaga de filoxera que había diezmado los viñedos franceses.

Torre del Reloj en la Plaza Mayor. Rehabilitada en 1854.

El caserío se va renovando de acuerdo a las corrientes eclecticistas, si bien en Yecla, villa agraria de carácter eminentemente rural a pesar de su tamaño, serán los maestros de obra (en el mejor de los casos) y no los arquitectos, los encargados de dar forma a los nuevos edificios.

Detalle de uno de los balcones de la casa de Francisco Martínez Corbalán,
también conocida como "Casa del Barco", levantada en 1885 según diseño
del maestro de obras Pedro Muñoz Deltell.

Detalles en forja en edificio. Calle Martínez-Corbalán.

Antepechos forjados en edificio de Tiendas Pérez,
calle del Niño.

Niño c/v Martínez-Corbalán. Edificio de la antigua ferretería
Verdú. Composición academicista y esquina con almohadillados.

Detalles y azulejos "socarrats" en una vivienda de la
calle Hospital.

En 1878, Alfonso XII concede a Yecla el título de Ciudad. Será por entonces cuando la localidad desarrolle numerosas obras públicas: alumbrado, explanación de nuevas vías, lonja municipal, teatro, reforma de la casa consistorial, las primeras vías de comunicación con los pueblos vecinos, y el recurrente asunto del ferrocarril, que sólo podrá llegar al fin sobre vía métrica. El arquitecto hellinense Justo Millán dejará notables muestras de su oficio en varias construcciones repartidas por la ciudad:

El Casino Primitivo de Yecla, proyectado por Millán formando
esquina entre las calles de España y Maestro Polo (antes del Peso).
Actualmente está restaurado y funciona como Escuela Municipal de Música.
La foto es anterior a dicha intervención.

Una de las farolas en la esquina del Casino.

Fachada del Teatro Concha Segura, junto al Jardín y ocupando
los terrenos del antiguo pósito.

Torre de la iglesia del Niño, proyectada por Justo Millán en 1880
y concluida en 1888 en un característico eclecticismo neobizantino
que también emplearía en otros templos como los murcianos
San Bartolomé y Santa Catalina.

También por estos años se siguen construyendo y reformando viviendas populares:

Balcón en Plaza Concejal Sebastián Pérez (plaza del Mercado),
sobre canecillos de madera.

En la plaza Mayor también se operan algunas reformas. A la ya comentada de la Casa Consistorial se une la mejora de los porches de la antigua lonja:

Soportales de la Plaza Mayor.

El siglo XX, cuyo primer tercio conoce una gran agitación política y social en la población debido a su economía basada en el predominio de las grandes explotaciones agrarias y a la gran masa jornalera que las trabajaba, con una gran desigualdad entre clases sociales, nos deja sin embargo las mejores muestras de vivienda urbana. Yecla se consolidaba como núcleo de referencia de su comarca y alcanzaba en 1930 la cifra de 27.000 habitantes, que no superaría hasta 60 años después.

Este edificio de viviendas entre las calles San Francisco y San José,
levantado por Francisco Pérez Lajara hacia 1920, albergó en sus
bajos la oficina del Banco Internacional de Industria y Comercio.

El mismo maestro de obras levanta por las mismas fechas otra vivienda
en la calle Nueva (hoy de Juan Ortuño), para Macedonio Vidal.

Y para su familia se construye esta casa, con algún que otro
 detalle modernista, frente a la Horma del Niño.

Será otro conocido maestro de obras local el encargado de levantar el edificio para la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Yecla en 1916. Esta caja pasará con el tiempo a conformar, junto a otras, la Caja de Ahorros del Sureste, y hoy puede que algo de ella quede en la maltrecha Sabadell-CAM.

El palacete urbano de la Caja de Ahorros, en la calle España, es un notable
edificio con detalles modernistas en fachada y sobre todo en su espectacular escalera.

Intepretación un tanto libre del escudo de Yecla en el eje del edificio.

Los oficios artesanales gozan de gran protagonismo en los elementos de este
inmueble. Éste es un detalle de una de las dos hojas de la puerta principal.

A Manuel Maruenda también se debe este edificio eclecticista
levantado en 1925 para Francisco Muñoz. A pesar de su aspecto
 cochambroso, actualmente su fachada luce restaurada.

Mirador esquinero del edificio, uno de los pocos de Yecla
resueltos en cubillo. Los bajos albergaron el Banco Hispano
Americano.

Finalmente, otras viviendas de menor entidad completaron la trama urbana del centro de Yecla o sustituyeron antiguas edificaciones. Muestro tres ejemplos:

Balconcillo enrasado del último piso de una casa en la
calle Hospital. Alero en madera y cerámica.

Detalle de uno de los balcones del edificio de ocupó Correos
y Telégrafos en la calle España.

Edificio en calle San Francisco. Sus bajos albergarón el popular
Café Bar Español.

Un poco de verde para despedir. En vísperas de la guerra civil, se reformó el jardín municipal y se construyó este curioso palomar en su centro. Con la posguerra comenzaría un periodo de despoblación en la localidad que no lograría frenarse hasta la consolidación de la industria del mueble bien entrados los años setenta del siglo XX.

La última y desafortunada reforma del parque (hoy de la Constitución),
llevada a cabo en 2002, eliminó el lago artificial y la fuentecilla sobre los
que se levantaba el palomar.

Espero que os haya gustado este breve paseo por Yecla, en el que he intentado huir un poco de lo obvio y de lo que siempre se muestra, monumentos, iglesias y museos, para centrarme en lo que más me atrae, la arquitectura anónima, la que realmente promueven las personas. Hasta la próxima.

Nota: Los datos referentes a fechas y autores de algunos de los edificios han sido extraídos de varios artículos desarrollados por Francisco Javier Delicado, Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Valencia, en distintas publicaciones locales.

10 comentarios:

  1. Muy interesante Jose Daniel, y aunque ya sé como comentas que intentabas huir de lo convencional, a los que no conocemos Yecla hechamos de menos algunas fotos de la plaza mayor, corazón de las ciudades y de alguna calle comercial , que suelen llamarse"tontódromos" por donde antaño paseaban las mocicas en busca de pretendientes y que solían tener tambien edificios singulares, tiendas,quioscos de musica, etc...
    Creo que me voy a tener que acercar a esta "tu ciudad" desde mi Real Villa porque me está picando la curiosidad.

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    1. Mar, en cuanto regrese haré unas cuantas fotos más y te muestro todo eso que me pides. Nuestro "tontódromo" particular es la calle San Francisco, aunque también ha sido una de las más cotizadas y por lo tanto más maltratadas, así que pocos de sus antiguos edificios quedan, aunque alguno tiene pase.

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  2. En siete año si han cambiado cosas… por lo menos no ha desaparecido ninguna de las fotografiadas aunque si ahora algunas se encuentran maquilladas.

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    1. Eso sí, menos mal que al menos a alguna que otra casa se le ha dado una pasadica de chapa y pintura, y no han quedado mal...

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  3. Hola José Daniel, me ha encantado pasear por Yecla a través de tus fachadas y balcones..Gran trabajo, como siempre!!

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    1. Gracias! Ya sabes que cuando quieras te hago de guía por tu pueblo. Un beso.

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  4. JUSTO SORIANO MOLINA13 de mayo de 2014, 17:07

    Eres un fenómeno haciendo gráfica la historia del pueblo, enhorabuena por esos trabajos tan bien hechos, he dado contigo buscando "algo" que hable sobre las hornacinas que hay por las calles conteniendo imágenes, y sobre esos azulejos con pinturas, como el que hay en la Placeta de Ortega con el Corazón de Jesús, que abundan por algunas calles.

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    1. Justo, muchas gracias por tu visita y tu comentario.
      Al hilo de los retablos cerámicos, como ya he contestado también más abajo, tienes un estupendo trabajo publicado en 1989, en la revista Yakka (nº1), realizado por F.J. Delicado y A. Cabot, que puedes consultar en este enlace: http://es.scribd.com/doc/92070383/Retablos-ceramicos-en-el-trazado-urbano-de-Yecla
      Saludos.

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  5. Es estupenda tu página, la encontré buceando en busca de noticias sobre las hornacinas y cuadros de azulejos que hay por las fachadas de las casas. Como por ejemplo la que hay en la calle San Antonio 52, de La Purísima, y en la plaza San Cayetano. Si sabes, dime por donde mirarlo, gracias

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    1. Muchas gracias por tu comentario.
      Al respecto de la información sobre las hornacinas históricas, te puede ser de gran utilidad este enlace:
      http://es.scribd.com/doc/92070383/Retablos-ceramicos-en-el-trazado-urbano-de-Yecla
      Se trata de un artículo publicado en la revista de estudios yeclanos "Yakka", concretamente en su primer número, en el que F.J. Delicado y A. Cabot realizan un recorrido por los retablos cerámicos existentes todavía a finales de los años ochenta. Podrás comprobar que muchos de los que ellos citan, por desgracia, han desaparecido de su emplazamiento original, si bien alguno todavía puede verse en el Museo Arqueológico.
      Espero haberte ayudado.

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