sábado, 16 de noviembre de 2013

Yecla bajo la nieve

Parece ser que estos días está por fin entrando el invierno en Yecla, al menos ésas son las informaciones que me llegan hasta tierras allende los mares. Después de un verano anormalmente largo (que recordemos también tardó bastante en llegar), este fin de semana se presenta frío y podrían aparecer las primeras heladas de la temporada (que recordemos que en Yecla pueden darse hasta bien entrado el mes de abril), así como posibles chubascos que serían de nieve a partir de los 800 m. s. n. m.

Y es que Yecla es, junto con parte de la comarca del Noroeste, una de las pocas zonas de la Región de Murcia en las que se puede hablar de verdadero invierno. Con una temperatura media anual de 14,5 ºC, la media del mes más frío (enero) desciende hasta los 5,3 ºC, dato favorecido a consecuencia de la altitud a la que se asienta la ciudad (605 m), por su orientación Norte y su exposición a los vientos mesetarios del NW.

El territorio yeclano es, a grandes rasgos, una altiplanicie que, en leve pendiente oscila entre los 500 y 800 metros sobre el nivel del mar, interrumpida por cuencas endorreicas y elevaciones montañosas de discreta entidad dispuestas en dirección SW-NE. La situación a sotavento de las circulaciones húmedas procedentes del oeste da como consecuencia un clima seco aunque riguroso, frío en invierno, de carácter mediterráneo continentalizado en cuanto a temperaturas a pesar de su relativa cercanía al mar (60 km en línea recta). La altitud del terreno provoca asimismo que exista una destacada amplitud térmica tanto diaria como entre los valores medios de invierno y verano. La disposición de los relieves montañosos va a condicionar un régimen pluviométrico irregular y escaso, concentrado principalmente en primavera y otoño, oscilando los registros anuales en torno a los 300 mm.

Esta última circunstancia es la que impide que, a pesar de su localización y relativa altitud, los episodios con precipitaciones en forma de nieve sean poco frecuentes en Yecla. Aunque suele nevar escasamente todos los años, no es habitual ver la ciudad cubierta de blanco y cuando eso sucede no queda apenas rastro a las pocas horas.

Yecla desde el mirador del Primer Paso. A la izquierda, la Iglesia Vieja.


La última gran nevada tuvo lugar el 28 de enero del año 2006. En aquella ocasión, a la abundante precipitación de la madrugada se unió un frío extremo, lo que provocó que la nieve caída se convirtiese en hielo, tardando en desaparecer totalmente varios días y provocando cortes de carreteras, cómicas colas en los supermercados y las gasolineras y alguna que otra caída.

Subida al Santuario del Castillo. El acceso estuvo cortado a vehículos durante todo el fin de semana.


En Yecla el termómetro rozó los ocho grados bajo cero durante las madrugadas de esos días, si bien en algunos parajes del término municipal se llegaron a registrar valores de hasta dieciséis grados negativos, hecho que no sucedía desde hacía más de veinticinco años. Durante los días la situación no fue más llevadera, puesto que dicho sábado 28 de enero la temperatura no subió de los cero grados.

Panorámica desde el Paso de la Bandera, en el cerro del Castillo.


A pesar de los evidentes beneficios para la agricultura, tras la larga sequía que se venía padeciendo y que se prolongaba desde hacía varios años hidrológicos, diversos cultivos sufrieron daños de diversa consideración debido a las fuertes heladas: frutales (aunque escasos en el término municipal), almendros u olivos fueron las especies más afectadas.


No corrieron mejor suerte estas palmeras de la carretera de Villena.
¿A quién se le ocurriría plantar palmeras con este clima?


A pesar de la coincidencia de la nevada con el fin de semana, el intenso frío disuadió a muchos curiosos de la oportunidad de disfrutar de algo tan poco frecuente hasta bien entrada la mañana.

Parque de la Constitución.

Jardín Av. de la Feria.

Paseo Pablo Picasso, donde se podía ver más animación bajo las
desnudas ramas de las moreras.


La precaución al circular por las calles del centro de la ciudad se hacía indispensable ante las placas de hielo. Especialmente en las afueras y en la subida al Santuario del Castillo los espesores de nieve acumulados no ofrecían tanto riesgo para los viandantes.

Calle Martínez-Corbalán. Cerca de las dos del mediodía, el
termómetro marca -2ºC.

Plaza de España.

Calle Morera, en la zona alta de Yecla.

Subida al Castillo.


La copiosa nevada, que se prolongó con diferente intensidad durante toda la jornada, dejó además imágenes como éstas:

Nieve en el Último Paso, justo antes de llegar al Santuario. La fotografía está tomada
 el día siguiente, 29 de enero. Se puede apreciar que las bajas temperaturas
 habían conservado el paisaje totalmente blanco.


Vista desde el Paso de la Bandera bajo la ventisca de nieve.


Tomando fotos de la ciudad en el mirador del Primer Paso.


La nieve, al derretirse, también propició estampas tan curiosas como peligrosas...

Esto es lo que se suele denominar "chuzos de punta".

En fin, no se espera un episodio similar en los próximos días (aunque por aquellas fechas tampoco se esperaba, no al menos tan virulento), pero parece ser que, ahora sí definitivamente, el invierno ha venido para quedarse.

Hasta la próxima.

1 comentario:

  1. Un muy bueno reportage, bien trabajado y buenas fotos para un archivo de la ciudad. Felicidades por tu colaboración a la historia. ;-)

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